lunes, 17 de marzo de 2014

El lobo de Wall Street

La película transcurre entre drogas, sexo y ambición de todo tipo, básicamente eso es todo. Scorsese nos presenta a un personaje ambicioso, poderoso y carismático que consigue ser ''el rey del mundo'' gracias a la inmoralidad y a la falta de ética.
Tres horas de puro entretenimiento. ¿Cine? Poco. Mucha apariencia de cine, muy poco cine de verdad. A quien le sirva, enhorabuena. A mí me sirve para pasar el rato. Pero tres horas son demasiadas horas. Demasiado tiempo viendo a Scorsese hacer florituras con la cámara, a Di Caprio regodeándose en drogas, sexo y lujo, a sus compinches forrándose a costa de los incautos inversores, al FBI intentando pillarlo por todos los medios. Pero llega a un punto del que parece no salir y la sucesión de acontecimientos caminan en círculo asomando momentos repetitivos una y otra vez con una dudosa sospecha acerca del avance de la trama. 
La actuación de Leonardo DiCaprio se merece todo el reconocimiento y los halagos que se le están haciendo, eso por descontado.
La película peca de repetiva y de ser demasiado extensa. Quizá la vi con demasiadas expectativas, creyendo que seria un peliculón, y el golpe ha sido tremendo. Hay quien piensa que lo es, felicidades, pero para mi no.
Lo dicho, sé que el apellido Scorsese pesa mucho y Di Caprio está bien en su papel, pero no vale la pena extenderse tanto si el guión no da para más. 
Resumiendo, mucho ruido y pocas nueces.

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