No lo puedo evitar, pero te sigo dando vueltas y vueltas. Te miro en la oscuridad de mi cuarto, pensando en como sería si estuvieras dormido a mi lado. Te pienso, con la luz apagada, dedicándote hasta el último minuto de mis horas de insomnio, segura de no poder tirarte lejos, ilusionada por saber si esta noche merodearás entre mis sueños. Te siento, no se como pero estás aquí, conmigo, como algo mío, como si fueras ese nudo en el estómago que a veces me impide hasta respirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario