...después de andar y andar, siguiendo siempre el camino marcado, sorteando piedras y agujeros; decidió que era el momento de cambiar el rumbo. Harta de lobos disfrazados de abuelita, de brujas con dulces en las manos, reinas con venenos mortales y falsas sonrisas, duendecillos malcriados que se divertían confundiéndola y gastándole las bromas más pesadas; la pequeña princesa dio un saltó y se alejó del camino. Se adentró valiente en el bosque, decidida a no mirar atrás nunca más.
1 comentario:
Muy bonito. Siempre me gustaron Caperucita y la casita de chocolate.
Un beso, princesa (sin venenos).
Publicar un comentario