jueves, 19 de febrero de 2009

Virus del miedo...

Ya ves, Ana, últimamente te veo en todos los rincones. Recuerdo cuando jugábamos aquella tarde en aquel parque, allí donde ya nada es lo que era; ahora el vértigo me invade cuando recuerdo aquella tarde solos tú y yo, cuando el mundo paraba solamente porque tú estabas a mi lado, ya quisiera yo... tantas cosas hubiéramos hecho, tantos sueños hubiéramos cumplido...

Si Peter Pan viniera, le entraría el virus del miedo solo de comprobar cómo hemos cambiado, cómo esa pequeña criatura se convirtió en la reina del súper, bailando el vals de los jubilados en el kilómetro cero de la plaza Garibaldi, pero ésta será nuestra zona cero, donde estuvimos a salvo con la huída que nos llevó a Buenos Aires, pero el principio de incertidumbre te hizo dudar. Qué tierna y dulce historia de amor recuerdo... duermes viendo mi fragilidad y yo te decía: "volveré temprano". Cien días han pasado desde entonces y ahora ya quisiera yo saber lo que andarás haciendo ahora...

El camino de regreso se me hace largo sin ti a mi lado, dulce memoria fue aquella elegía de saber que la ciudad parece un mundo, y ahora soy aquel hombre que espera en el desierto la cita que me lleve contigo de nuevo, y me haga ver que no eres la mujer más vieja del mundo. Sucede que a veces hay quien tiene la medicina perfecta para mantenerte joven y hermosa. Mi vida, no hay derecho que pienses esas cosas, prenderemos la luz en la casa encantada y en sus paredes escribiremos las instrucciones para salvar el odio eternamente. Qué va a ser de mí si sigues pensando que no vine del norte por ti. Siempre serás mi caperucita porque no estarás sola.

Déjate convencer de una cosa, has de saber que eres como una historia de Alvite, que ya llegó la primavera y sólo tengo pájaros en la cabeza cuando pienso en ti. Lo que hay que aguantar, ¿verdad?. Pero por ti pediría que esos pájaros no desaparecieran nunca. Qué va a ser de mí cuando me pase al bando vencido porque no te tenga a mi lado.

Regresa lo antes posible, porque mañana quizás sea tarde. Venga, anda, vente conmigo porque parece que vivimos atrapados en azul. O por qué no te quedas en casa a recibirme cuando llegue porque yo hoy vuelvo a Madrid...
Camisetas de Ismael Serrano

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