Quizá haya días en que los acontecimientos te superan, las nostalgias, penas y tristezas parecen mayores que cualquier otra cosa. Sí, puede ser muy probable, como también puede ser muy probable que ni siquiera nos paremos a pensar en lo que de verdad importa, en las pequeñas cosas que día a día nos pasan, en las personas que cada día nos acompañan, y que al fin y al cabo son las que nos hacen felices, porque sin ellos nada sería igual. Por tanto, lo bueno llega cuando te das cuenta de todo esto, cuando reconoces que aunque la gente que te rodea viene y va tienes que aprovechar cada momento a su lado y vivirlo con una sonrisa en tu boca, una sonrisa que ilumine todo a tu alrededor.
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