jueves, 12 de noviembre de 2009

Si Peter Pan viniera...


El tiempo ha pasado, todos hemos crecido. Wendy ya no es la niña que viajaba de la mano de Peter Pan a “Nunca Jamás”. Ahora es toda una mujer; madre de una pequeña que ahora duerme en la misma habitación, en la que Peter Pan, irrumpió hace mucho, mucho tiempo persiguiendo su sombra.
La niña duerme y Wendy vela su sueño.
La habitación esta completamente a oscuras.
De repente, las ventanas se abren de par en par. Contra el cielo estrellado se recorta la figura de Peter Pan; sigue siendo un niño.
“Wendy, vine por ti. Es el tiempo de la limpieza de primavera y tienes que cuidar de mi… y de los niños perdidos”.
Wendy le confiesa que se ha olvidado de volar… le dice: “No malgastes en mi el polvo de las alas de las Hadas”.
Peter Pan en lo oscuro de la habitación, apenas distingue a Wendy… así que esta le dice: “Encenderé la luz para que comprendas”. Y por primera vez que nosotros sepamos, Peter Pan tiene miedo y solo acierta a decir: “No enciendas la luz”.
Esta noche amigos, encenderemos la luz con la certeza de que si Peter Pan viene a buscarnos sabremos sostenerle la mirada sin darle un susto de muerte.
Si Peter Pan viene a buscarles, no lo duden… emprendan esa huida.
Nos dicen que crecer supone renunciar a los sueños y a la utopía y convertirse en ese tipo gris, en ese tipo aburrido, en ese tipo cada vez mas recto que la sociedad te exija que seas. Nosotros sabemos que se puede crecer de otra forma; que se pueden salvar ciertos sueños del paso del tiempo, por eso si Peter Pan viene a buscarnos sabremos sostenerle la mirada.
Si Peter Pan viene esta noche, enciendan la luz. Miren el rostro de ese niño que nunca crece y emprendan esa huida.
Si Peter Pan viene, no lo duden… marchen con el. Solo les pido… que por favor… no se olviden de llevarme con ustedes.

Ismael Serrano

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