Comienzo por los ojos, disparo una mirada. Me grabo en tu retina y empiezan a ceder tus pupilas distraidas empapadas de mi imagen.
Me cuelo en tus oidos y siembro un poema. La dosis de dulzura y un tono sutil. Mi voz ondulante se instala en tu cabeza. Te digo solamente lo que quieres oir.
Seré la musa que te inspire, la emperatriz de tu universo. Aprenderás de mis silencios y entenderás mis desvaríos. Y adormecido en mi regazo, respirarás lo que yo espiro. Tu piel es la víctima en esta ocasión. El roce preciso y caricia perfecta. Mi próximo blanco es tu corazón.
Me cuelo en tus oidos y siembro un poema. La dosis de dulzura y un tono sutil. Mi voz ondulante se instala en tu cabeza. Te digo solamente lo que quieres oir.
Seré la musa que te inspire, la emperatriz de tu universo. Aprenderás de mis silencios y entenderás mis desvaríos. Y adormecido en mi regazo, respirarás lo que yo espiro. Tu piel es la víctima en esta ocasión. El roce preciso y caricia perfecta. Mi próximo blanco es tu corazón.
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