viernes, 7 de noviembre de 2008

Campanilla ha muerto

La luz de Campanilla se ha apagado y su polvo de hadas ya no brilla. Campanilla ha perdido la inocencia de un plumazo.
Pero nace una nueva mujer, con mucha más luz y más magia.
Una mujer que, cuando se mira al espejo, ya no busca a la que fue en el pasado. Una mujer mucho más segura de sí misma, que sonríe a la que es hoy, que no se arrepiente del camino andado y que asume sus errores.
Una mujer que se permite el lujo de no ser perfecta, que entiende sus defectos y debilidades.
Una mujer que vive para amarse muchísimo, sin estar pendiente de no cumplir siempre con lo que los demás esperan de ella.
Soy una mujer BELLA, sí. Una mujer fuerte. Nunca he sido tan consciente de mi existencia como ahora. Nunca me he sentido tan protagonista de mi vida. He descubierto que soy una princesa de cuento de hadas, he descubierto al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas. Es maravilloso ser quien soy, ser la nueva mujer que soy...
Es maravilloso tener tan poco que pedir, y tanto que agradecer. Bailaré con mis lágrimas bajo la lluvia, le haré un guiño a la luna, me reiré a carcajadas de la desesperanza y no me quedaré en esa nube de soledad. Estrellitas mágicas caerán para darme su luz y su alegría. Atesoraré cada momento que vivo y sonreiré al sol cada día. Pintaré mis días con lápices de colores y trazaré dibujos de amor y ternura

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